Felicidades...es horrible-
mente aterrador.
Felipe Caballero Briones México,
langosta@hotmail.com
Lo leí hace tiempo y todavía tengo grabadas las imágenes de Gertrudis
y la muñeca. Creo que la ambientación lograda es impecable y el
entrelazamiento de personalidades resulta muy sugestivo.
Mauricio
Ventanas spoerl@sol.racsa.co.cr, Costa Rica
La muñeca está tan
lleno de vida como la muñeca del relato está llena de muerte. Es un
cuento excelente. Me recuerda lo mejor de Almodóvar. Me encanta como te
salvas de caer en manoseados realismos mágicos. Te felicito.
Antonio
Bou, Costa Rica, Antonio1@coqui.net
Un cuento macabro, bien logrado en sus tres partes. El inicio que nos
habla de Gertrudis y su decepción posterior con su esposo. La vida que
había creado encerrada y por último la obseción con la muñeca que
representa a la princesa Diana. Me gustó el final, a mí me parece que la
muñeca tomó el cuerpo de Gertrudis, se convirtió en su tumba, para luego
ser enterradas juntas, por ello... el cuerpo de la muñeca pesaba más.
Felicidades,
Amparo Tello
Estimado señor Fernández; un cuento muy interesante, sin duda, la idea muy buena. Quizás el único pero que puedo encontrarle es el no haber incorporado algo de suspenso a esta idea macabra. Lamentablemente, las exigencias de espacio dan a muchos de estos cuentos una camisa de fuerza que les impide el oxígeno necesario.
A. Verdi, alidaverdi@hotmail.com, Chile
Me parece una narración estupenda. Su lenguaje es claro y
lineal (no tiene uno que sufrir para saber de qué le están hablando, como
es común con algunos cuentistas actuales), además de que nos dibuja a los
personajes en la medida exacta en que deben ser delineados, según su grado
de protagonismo en el cuento. Se nota el cuidado del autor en la elección
y dosificación de los detalles, ya que éstos embonan perfectamente,
haciendo que los acontecimientos fluyan sin tropiezo; siendo además la
historia lo suficientemente humana y atractiva como para atrapar al lector
desde el inicio. Gertrudis me parece un personaje simpático, como para
solidarizarse con ella; medio loca, es cierto, como medio locos estamos
todas las personas normales. Por eso me parece también excelente el final.
Soy fanático de los finales felices y este es indudablemente el final feliz
que Gertrudis se merece: que el destino se encargara de cumplir al pie de
la letra la que fue, aunque ella no lo supiera, su última voluntad.
Ricardo Martínez Cantú, México rdomtz@hotmail.com
Francamente, me ha gustado muchísimo
Anónimo, España
Comentarios: Un cuento muy bonito. Admiro la recolección y
retentiva del escritor, al asimilar la inventiva
con la realidad. Lo único que encontré que creo
se podría cambiar para mejorarlo, es el final.
Lo demás está perfecto. El segundo cuento que leo
de Enrique Fernandez, que me hace pensar que ade-
más de una pluma, tiene en sus manos un pincel...
Hector A. Castillo - California USA, canafistolo@msn.com
¡Genial!Desarrollo de los conflictos de tal manera que la solución de uno da paso al planteamiento del otro.
Primer conflicto: Esposa abandonada.
Segundo conflicto: Mujer encerrada en vida.
Tercero: La llegada de la muñeca.
Cuarto: "la muerte sensible y virtual de Lady Di".
Quinto: El deseo de Gertrudis de enterrarla su muñeca, y la negativa del párroco.
Sexto: la solución de Gertrudis que consigue de nuevo cumplir su voluntad. Y a la vez la solución del cuento al morir dueña y muñeca.
Estoy de acuerdo con el resto de comentarios.
viky izquierdo, vikyzicobalea@hotmail.com
La muñeca de Gertrudis, es un cuento que intriga de principio a fin, no deja retomar el aliento para continuar.
Me gustó mucho, pero el final tan curioso que deja abierta la imaginación al gusto del lector me deja una sensación
de inconcluso y de un extraño "continuará". Felicidades.
Gabriela Antúnez, Perú
Es casi tan tetrico y horrible como Quiroga
Maria Teresa Lebrón, gmchacal@hotmail.com
La muñeca es un cuento que poco a poco siembra el desasosiego mientras se incrementa el suspenso. El espacio está muy bien concebido. La casona donde Doña Gertrudis se encierra con su criada Benigna entrelaza las arquitecturas de la novela naturalista con los ruinosos castillos de la novela gótica, pero todo en tono menor así creando algo distintivo. Al mismo tiempo, la muñeca hace eco de historias de horror y de los robots de ciencia ficción, de nuevo confundiendo géneros literarios y desconcertando al lector que no sabe hacia dónde se dirige la historia. Un final digno de la narración cierra este asombroso cuento con broche de oro. Es un cuento tan bien entramado que se puede leer con gran interés más de una vez.
Frederick de Armas, USA/Cuba