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Evidententemente el mundo mágico del espejo fascina el alma del creador de fantasmas. En este cuento el autor parece, además estar preocupado por un mundo de incomprensiones que narra espléndidamente en alguno de los párrafos primeros del texto; "De cualquier manera, la mayoría de las veces evitamos cualquier tipo de contacto, sea cual sea, y los motivos distan considerablemente del odio". Me gustó el cuento y lo animo a seguir escribiendo en símbolos porque después de todo esa es la virtud de seres humanos. Jorge Morfín, México 103703.1226@CompuServe.COM

Reflejos de un viaje al pueblo vecino

There can be no doubt that the connections between our typical dreams and fairy tales and the material of other kinds of creative writing are neither few nor accidental. It sometimes happens that the sharp eye of a creative writer has an analytic realization of the process of transformation of which he is habitually no more than the tool. Sigmund Freud, The Interpretation of Dreams
A primera vista, "Viaje al pueblo vecino" tiene la inocencia y sencillez de un cuento infantil. Pero pronto desaparece esta ilusión de simplicidad cuando se sobrepasa la frontera de apariencias en una investigación del cuento. Ya no es un mero cuento de hadas, sino una alegoría compleja que consiste en símbolos profundos y verdades humanas.

Como el lector, los pueblos del cuento se hallan enfrentados con una incomprensión exterior, o sea una incomprensión de las apariencias. El protagonista destaca cómo los dos lados se identifican de modos diferentes. Ellos tienen "un modo de mirar diferente" que les permite reconocer "inmediatamente uno a otros." Es decir, que se identifican por lo exterior, la apariencia. Por eso, tratan de entender por las apariencias y no comprenden por las apariencias. Es más, comenta que,"la gente de allá tiene costumbres muy extrañas...a pesar de que casi nadie conoce gente del otro lado de la frontera." Aquí, la ignorancia y el prejuicio forman la opinión convencional más que la razón y el hecho. La incomprensión de los costumbres "de allá" tiene la naturaleza de un mito, una falsedad propagada por la cultura que les prohiben penetrar el exterior. Y hay cierta ironia en la reunión de los gobernantes a punto de estallar la guerra. Aun con intérpretes faltan la capacidad de comunicar, y la incomprensión produce un fin contradictorio: la guerra termina en paz.

La incomprensión recíproca señala el fallo de los dos lados en ientificarse. Este fallo destaca algo más hondo: una falsa seguridad de identidad. Si ellos no pueden mostrar ni entender quiénes son por sus acciones, costumbres y formas de comunicación, su identidad queda ambigua, sin definición. Y por confiar en esta identidad débil, ellos tienen una falsa seguridad.

Esta falsa seguridad se parece a mirar en un espejo. Un espejo revela la identidad en la apriencia, pero una apariencia falsa. Es la contradicción de la apariencia real: la derecha se convierte en la izquierda y la izquierda en la derecha. Es la misma idea del espejo, sugerido por el protagonista, que opera como un símbolo clave en el cuento. Las mismas incomprensiones plagan ambos pueblos por las mismas razones. Las incomprensiones recíprocas e identidades parecidas de los dos pueblos producen una simetría a través de la frontera, pero una simetria contradictoria como el reflejo en un espejo. Esta simetría puede explicar la leyenda de las genes "totalmente incompatibles" entre los pueblos como la derecha es incompatible con la izquierda.

El símbolo del espejo crea un aire de misterio y magia, un aire que cabe con la caracterización del tren, otro símbolo clave. El tren, por su escasez en México y sus rasgos fantasmagóricos y supersticiosos adquiere un aura de magia y misterio.

Por cruzar la frontera entre dos pueblos simétricos y contradictorios, por atravesar el espejo en un tren imperturbable en movimiento, el protagonista viaja al interior. Su pasaje a través de la frontera interior le revela a sí mismo y la verdad es que los seres humanos que no pueden entender su mundo porque no quieren ver sus interiores. Son cegados por las apariencias sin sustancia, apariencias como imagenes especulares. Sobre todo el pasaje enseña que no hay razones para la incomprensión. A los dos lados hay seres humanos, mujeres "con sus lindas sonrisas" y niños que ríen y lloran "como en todas partes. Y como individuos, realmente aislado en culturas de falsa seguridad de identidad, sólo hay la humanidad para identificarse.

En un sentido el cuento mismo es una contradicción: aparece sencillo pero resulta profundo. Si el lector no penetra la superfície de la apariencia está destinado a la incomprensión y a una falsa seguridad del cuento. Será cegada por las palabras simples al mismo estilo que las palabras de idiomas diferentes, palabras que son meramente fantasmas sin sustancia, ciegan a los pueblos. El lector ve un espejo en su experiencia de probar el cuento, y el cuento se convierte en un espejo de un espejo como entidad ya fuera del control del autor. Esta simetría tiene un toque de lo borgiano, como la simetria en "Las ruinas circulares" que revela una naturaleza de existencia que rodea el protagonista, su humano soñado, el soñador, el autor, y el lector. Pero quizás la simetría entre el lector y el protagonista refleja como el escritor es nada más que un instrumento dando cuenta de una transformación, una realidad básica, inherente, y, sobre todo, humana.
Teodoro Pasquali, Princeton, US, pasquali@princeton.edu

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