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Aunque sé que tiene poco que ver con el cuento, encuentro interesante que el mendigo encarne el amor por la poesía. Más que una paradoja, me parece expresión del actual status social de la poesía en Occidente.
José Luis Martín, España

Excelente, como de costumbre. Me ha llevado a pensar ¿tendré yo algún viernes? Felicitaciones.
Liberatus - Corrientes - Argentina

Felicitaciones a Proyecto Sherezade por difundir este cuento de mi comprovinciana y amiga, la escritora Pilar Romano.
Moni Munilla

Las narraciones de Pilar Romano conservan ese espacio sagrado que es la infancia, íntegra, apareciendo en cada detalle de personajes evocados desde ese espejo maravilloso que fue la felicidad completa, restaurada a través de situaciones siempre lim trofes entre lo que es y lo que ya no es.
Alejandro Maciel, ARGENTINA

Hermoso Pilar, como siempre. Me pregunto que habrá en esa cabecita para crear tanto. FELICITACIONES. Bs.
Ana María Romano

Bellísimo y tierno cuento, como todo lo que escribe Pilar, feliz comienzo 2015 y el deseo que sigamos leyendo cuentos cargaos de emoción.
Anónimo, Corrientes, Argentina

Pilar, en esta prosa poética deslumbra la utilización del "realismo mágico" tan arraigado en la literatura latinoamericana. Una historia concisa, dulce y que además nos trae el espíritu de Don Pablo, de sus letras dichas por ese pordiosero tratando de enamorar (¿humanizar?) ese maniquí brillando bajo las luces del escaparate. ¡Bravo! Hermoso cuento.
Ricardo Juan Benítez, Argentina

La obra de Pilar Romano desgarra... nos lleva con sutileza a un lugar que mueve "curiosidad" (mientras empezamos a percibir el "dolor emocional" del relato...), caemos denostados ante esta pintura literaria, que se parece a un paisaje que fuera perdiendo vitalidad... y desplegara abandono y melancolía... Un viaje increíble! Humano y fuerte!
Marta Chemes

Encontrar en un relato breve todas las condiciones para ser considerado una gran obra, no es algo común y eso me ha pasado leyendo "El día que fue viernes". Imposible alejarse del texto, uno quiere saber la magia del final. Y Pilar Romano lo consigue. Y de la mejor manera; con alto vuelo. Felicito cálidamente a la autora.
Miryam Colombotto Seia

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