Verdaderamente es un buen cuento, lo seguí con mucho interés, fue
tan bueno y llamativo el desarrollo que cuando llegue al final y concluí el
cuento me dejó descepcionado. Pues realmente el final es muy malo para lo bueno
que en si es el cuento.Gracias. Me gustaría que me regresaras este mail comentándome porqué deseaste dejar así de escueto el final. PDTA
Espero que no ofenda el comentario. Es sincero.
Gustavo L., refugio_lopez@mural.com.mx
Un excelente relato breve, ágil, agudo, entretenido ...y con una
crítica sutil, que de tan sutil casi ni se pesca. Latinoamerica es así, no hay
quien pare las guaguas y los choferes dejan mucho que desear, en todas partes.
¿Será que no tenemos dedos para ese piano?
Alida Verdi, Chile
Muy bueno. Un símil inteligente de la situación de "la guagua"
cubana; sobre todo rico en reflexiones posteriores. Vamos a ver, cuándo
para esa guagua descarriada, porque demasiados Arturitos se han lanzado de
ella, sin tener suerte; metidos a improvisados balseros. ¡ Muy bueno!
¿ Será verdad que el chofer tiene tanta experiencia, o mucha
pananoia?
Luis Mac-Beath, aseres@abonados.cplus.es
Hasta ahora, he escuchado bastante y leido algo,pero la
verdadera idea de este cuento comienza a ponerse de manifiesto (para
mi)en la mitad del mismo y se va haciendo mas fuerte y clara a medida que
avanza, dejando ver al final, con gran claridad y maestria por parte del
escritor la realidad de esta pequena guagua que aun entre malos caminos
y ya sin casi gasolina, aun sigue rodando y que algunos aunque ya
hayamos saltado unos de una forma, otros de otra de ella nos seguimos
preguntando por lastima y consideracion a aquellos que aun queriendo, no han
podido saltar: Cuando ira a para esa guagua?
Reciba de parte de un lector sin mucho conocimiento, mis mas grandes
reconocimientos por este su escrito, que tanto nos identifica con su
guagua.
Manuel
manuelm@fineartlamps.net