Regresar al cuento

!Es un cuento luminoso!, "dchit", "dchit", al final me sorprendió un poco --gratamente por supuesto-- el reptilicidio del príncipe-pene encantado, y sabes qué?, no sé porqué me imagino a Toño usando siempre el mismo sweater plomo que su abuelita le ha tejido.
Elmer Valencia Miranda, elmercito@hotmail.com

Maravilloso enfoque al cuento del príncipe rana, o en este caso, príncipe-salamanquesa. La connotación erótica tiene ramificaciones interesantes en cuanto a un cierto aspecto liberador, en donde la liberadora resulta la liberada de la posición inferior, en la que los cuentos de hadas ponen a la doncella.
Mis Felicitaciones, muy buena historia.
José Antonio Fernández, México, fafernar@infoabc.com

El cuento es sencillamente interesante, me sorprendió. Es el primer cuento que leo de la autora Belli, existe otra escritora nicaraguenses llamada Gioconda Belli ¿tienen relacion?. Espero encontrar otros cuentos de esta misma autora. El cuento tiene ineteres desde el inicio al final. Bravo por la Autora.
Armando García, agarcias@direct.ca

El cuento me pareció muy trascendental, vivaz. Plantea un sentimiento reprimido que al final de cuentas es bastante real, muchos hombres revelan tan sólo lo que piensan pero no lo que verdaderamente sienten.
El periodista Colombia

Querida y sacrosanta madre de la locura seas considerada, creo que te odias lo suficiente como para amarte como lo hago yo, la historia es genial y desde mi huevo pardo te mando todo mi olvido.
postnureyev@hotmail.com

Me parece un cuento maravilloso, lleno de la ingenuidad, la inocencia y la dulzura del amor, agradablemente mezcladas con el erotismo que recorre nuestros cuerpos ante un momento de intimidad con el ser amado. Príncipe, serpiente o salamandra, fantasía o realidad, deja muy bien plasmado el reflejo de sueños no cumplidos o fuertes recuerdos de amor. No se por qué, apareces acá como Patricia Belli, llevo algún tiempo de conocerte y estoy seguro de que eres tú: Gioconda Belli, si no es así, sé que me sabras disculpar, Patricia.
Víctor J. Pérez, Colombia

Regresar al cuento