Afortunadamente para quienes le conocemos, Javi es una especie de Ulises (o mejor diré Odiseo) en busca de una Ítaca que está dispersa por el mundo: tanto se la puede encontrar en Nicaragua como en Estambul, Oporto o el salón de su casa. Afortunadamente, decía, porque como fruto de su particular odisea es capaz de parir historias bellas, a veces enigmáticas o paradógicas, otras veces líricas y evocadoras... Ésta historia me ha gustado mucho. Pero, en fin, tal vez no sea yo el más indicado para hacerte comentarios: estoy suscrito, y tengo domiciliado el pago para que no se me olvide ninguna cuota, a tu club de fans.A ver qué dicen los lectores.
Antonio Segovia (España)
Francamente genial , no conozco al autor y tampoco soy su amiga(es por si alguien lo cree)
Despues de leerlo dos veces creo que necesito otras dos mas.
Esta pregunta se la hago al autor;Que es mejor que la vida sea un sueño? o que aveces los sueños se conviertan en realidad??
Ya me diras algo en este mismo foro.
Yo de momento y a la espera de tus respuestas me quedo con la" ilusion ", de convertirme en Sherezade o es un "sueño"?
Sherezade, Xativa (España)
Intervengo en este espacio, al que hace mucho tiempo que no accedía, para agradecer a "Sherezade" la amabilidad de sus palabras. Plantea algunas preguntas, muy interesantes, sobre la relación entre los sueños y la realidad, que son tan antiguas como la misma literatura. Digamos que mi terreno preferido es la "frontera", el "umbral", donde todo se confunde, de mezcla y se enriquece.
Bueno, creo que saldrá mi dirección de correo electrónico en pantalla; no me importaría prolongar la conversación sin "abusar" de la hospitalidad de esta revista.
Javier, España, alcantarias@hotmail.com
Me ha gustado mucho el cuento. Javier es un tipo que fascina, que no te deja indiferente.
Desprende como un halo que te envuelve y te lleva sin darte cuenta... Sin embargo prefiero
no hacer una descripción, no sólo por la dificultad que entraña sino porque pienso que se
perdería la magia que tienen las insinuaciones y las miradas, la misma magia que tiene
escribir.
Esther Tobarra Sánchez