Regresar al cuento

CONTEXTO HISTÓRICO

Tras la muerte de su dictador, el general Francisco Franco, en noviembre de 1975, España entra en una etapa de rápida transformación política y social, que se concreta en la reinstauración de la monarquía borbónica, la legalización de los partidos políticos, la libertad de prensa, la celebración de elecciones libres y la promulgación de una constitución democrática, finalmente ratificada por el pueblo en el referéndum del 6 de diciembre de 1978.

El gobierno de Adolfo Suárez, elegido por el rey Juan Carlos I para dirigir el complicado proceso de transición hacia la democracia, se encuentra en una continua inestabilidad, sometido a la vez a las presiones de todos los sectores, desde la derecha continuista y centralista hasta la izquierda revolucionaria, anclada en las viejas fórmulas políticas de la guerra civil (1936-39), pasando por las fuerzas nacionalistas que reclaman la autonomía o la independencia de las zonas periféricas de habla no castellana (Cataluña, País Vasco y Galicia).

Este contradictorio clima combina el entusiasmo democrático con la continua decepción por la lentitud de las reformas políticas, así como por la aguda crisis económica que, tras el aumento de los precios del petroleo en 1973 y 1979, sacude a todos los países occidentales, y a España con especial dureza.

Las generaciones más jóvenes, ávidas de novedades y prestas a romper con cuanto de tradicional y conservador pueda encontrarse en la realidad social española, celebran ruidosamente el final de la censura y se identifican fácilmente con las actitudes vanguardistas y libertarias de la movida madrileña, en cuyas creaciones musicales y cinematográficas parecen los españoles desquitarse por la represión padecida durante la dictadura. Es la era del destape, en la que actores, actrices y público compiten por deshacerse apresuradamente de sus ropas ante la cámara.

Hacia 1981, la escalada de atentados terroristas realizados por la organización indepentista vasca ETA y la agudización de la crisis económica, ponen al gobierno en una situacón de extrema debilidad y se presagia un inminente triunfo de la izquierda parlamentaria. Un grupo de altos mandos militares, aprovechando la dimisión del presidente del gobierno, que aparentemente habían forzado ellos mismos, se dispone a tomar el poder y secuestra el parlamento durante la sesión de investidura del nuevo presidente del gobierno centrista, Leopoldo Calvo Sotelo, en la tarde del 23 de febrero de 1981.

Tras varias horas de confusión y vacío de poder, la aparición del rey en televisión, desautorizando a los golpistas, aísla a las tropas de la Guardia Civil que, al mando del teniente coronel Tejero, habían tomado el Congreso de Diputados. Los rebeldes se rinden al mediodía siguiente, liberando al gobierno y los parlamentarios, y las masas se echan a la calle en las grandes ciudades para celebrar el triunfo del sistema democrático.

Regresar al cuento