Es muy bueno pero me hubiera agradado leer un final más explícito.
Marta Frega, martafrega@fibertel.com.ar, Argentina
Diego, por fin veo tu relato. Es muy original. Está muy bien. Como admiras a Jung, me pregunto si esos desarreglos de personalidad no son debidos, inconscientemente (o no) a la situación "anómala" (por decir algo) que atraviesa Esuskadi desde hace decenios. Un saludo desde tierras de secano.
Lamberto, Lamber@inicia.es, Zaragoza
Magnífico cuento. Me gusta el estilo y el tema. Muy contemporáneos. Yo escribo cuentos y poesía y espero poder estar en este proyecto.
J. Hugo Suárez Domínguez
Aprecio la forma en que este cuento le abre la puerta a lo fantástico sin que por ello el recién llegado aparezca extraño a la realidad del mundo del relato. Es una técnica que Cortázar maneja a la perfección y que no es fácil de lograr. Me hubiese gustado, sin embargo, que el cuento incluyera un par de encuentros más entre el hombre sin rostro y gente de la calle, antes de la cita con el doctor. Me parece que esto crearía más tensión en la narrativa y desesperaría un poco más al lector. Saludos,
Mauricio Espinoza, ajmaq12@hotmail.com, Costa Rica-Estados Unidos
Una gran idea, una gran ispiración, que parece escaparse en la emoción por tan genial tema. Felicitaciones a su autor por tanta genialidad, además de tener ese toque humano que no escapa de sus líneas y que llega con claridad al lector.
MEBP, estalibreporfavor@hotmail.com, Venezuela
Nuestro rostro es, segun sea el caso, aliado o enemigo de nuestros pensamientos y emociones, de nuestra intimidad. Fantástico, bien logrado, este relato nos invita a la reflexión.
Maria Eugenia
Me gusta la forma cómo el personaje primero se vé
a sí mismo; consegudio el efecto, luego mira los demás; que también están deformados.
Carlos Tapia, cardosepia@hotmail.com
Muy bien. Cuando empecé a leerlo me recordó un cuento de Chejov ("la nariz", creo). La consrtucción es perfecta: engancha. ¡Enhorabuena!
José, España