Regresar al cuento

Considero que es un excelente cuento sobre el azar del universo. Me gustó mucho porque me hizo pensar en... "¿qué pasaría si ...?"

Sergio García, México

Es agradable el recordar esos pequeños callejones de Toledo, memorias que no esperaba recordar cuando escogí este cuento a leer, recordar es volver a vivir.
Más que un círculo esta historia empezó a ser una espiral.
¿Cuántas veces no hemos querido que por alguna extraña razón podamos empezar a vivir una vida sin tener que dejar la actual? cuántas veces... yo no sé, y ustedes???

Demián Gutiérrez, Tijuana, Mexico, enco@mail.com

Mantiene el interés hasta el final. Buen trabajo.

Carlos Jáuregui, jauregui@imagixx.net

¿Quién no se ha sentido a veces ajeno a su propia existencia? Un extraño que se contempla a sí mismo desde lejos sin comprenderse, como a alguien por completo distinto al quien alguna vez se esperó, se soñó ser

Carlos Canales Cobo, Carlos.Canales@technet.net.mx

Me ha gustado, aunque pienso que al inicio se marca un detalle que se va perdiendo conforme avanza la historia. Me gustaría leer más de este autor.

Carlos Ramírez, México, cramirez@mail.internet.com.mx

El argumento me parece muy bueno y el diálogo entre los dos profesores también me gustó (el detalle del oro en la dentadura es muy bueno), pero echo de menos un mayor desarrollo del resto de la historia, especialmente del encuentro del protagonista con su mujer. Ahí podría haberse aprovechado mucho más la situacián. Creo que con un mayor desarrollo de la historia se ganaría mucho.

Mónica Rojo AbrilEspaña,CROJOL@NEXO.ES

Felicidades. El relato es encantador y crea espectativas pero el desarrollo del final, su detención e internamiento es muy precipitado, parece que tuvieras prisa por acabar. Saludos.
Beatriz (Barcelona), mandrut@excite.com

La maldición del Everett me pareció un cuento con un buen contexto, pero al leer encontré un error. La frase: "En un banco se sentó a leerlo aterido de frío". Aterido significa pasmado de frío, por lo tanto es redundancia.
Att., Fabio Guzmán Sánchez .

Regresar al cuento