Cuento que puede ser el testimonio de muchos en el Perú y en países donde algunos creen que
tienen el derecho de juzgar a los demás, sin darse cuenta que no tienen ningún derecho. Pero no
será siempre así. Hay también muchas personas que amamos a nuestros hermanos, hijos, primos o
cualquier familiar o amigo que tienen una opción sexual diferente, y no los juzgamos por eso.
Simplemente los amamos por lo que valen como personas. Sigue escribiendo. Te felicito.
Marta, Perú