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Muchas felicidades al Sr. Carlos Ramírez por su precioso cuento. Muy conciso y descriptivo, además de que podría ser perfectamente una historia real y esto lo hace más emotivo. Saludos.

vmedina@mex1.uninet.nt.mx

Resulta muy interesante llevar a cabo una lectura de una historia tan terrible. Tu cuento nos hace reflexionar sobre las personas que tienen que adaptarse al mundo sin alguno de sus sentidos. Narras muy bien. Felicidades. Vivo en la ciudad de México. Me encantaría que pudiéramos encontrarnos para compartir nuestras historia y tal vez entretejer una sola. Muchas felicidades.
La Diva Davila

De tres años de caminar esas calles de suelo curvo, de ver, indistintos a la lluvia o al sol, sumergidos en su canción, en sus guitarras a lo ciegos del centro, de esos años de pasar rumbo al metro, hacia la "uni" y de testificar - medio incoscientemente como se hace con muchas cosas de la rutina- sus avatares, sus idas y venidas, a veces solos, a veces borrachos, siempre riendo, de esos años de haber vivido por esos rumbos de Moneda y Correo Mayor me viene tambien cierta curiosidad de imaginar cómo es el mundo de los ciegos, cómo es su mundo en que los ojos de las manos, el oído y la nariz les dicen cosas que nuestros ojos de luz a veces no ven del mundo ... imaginar y recrear como es la vida de otros es un buen ejercicio para no encerrarse en nuestros propios prejuicios .. En fin, sólo quería decirle a Carlos que su cuento me ayudo a evocar esos sentires ahora, lejos del entraniable centro histórico, lejos de esas dulces rutinas y de México ..
Antonio MULATO juarez

Good, no supe que los personajes eran ciegos hasta que lo mencionaste textualmente, ya dabas una pista cuando decias que estaban acostumbrados a tocar. Tengo curiosidad por saber que le pasó al vaguito ese de Manuel, te propongo un final:
Siguiendo un olor a sándalo y patchulí, seguramente de una vieja buena de las Lomas, se metió a lo que un no ciego fresa (¿Cómo se les dice a los que no son ciegos?) llamaría "Mall" y allí lo agarró la policía bancaria e industrial, lo acusaron de vagancia y de contaminar visualmente el area destinada a las tiendas de mascotas, lo remitieron a la 5A agencia del MP, en donde le fincaron responsabilidades, le levantaron una averiguación previa y tomaron sus testimoniales, pero como nunca dijo que no veía por donde andaba, lo acusaron de falsario (creo que no hay un delito que se llame así) y le dictaron auto de formal prisión, por lo que lo mandaron al Cereso Municipal, pues, para acabarla de chingar, el delito se cometió en Huixquilucan, allí espera su condena, pensando por que se le ocurrió apartar la nariz del olor a su acostumbrada María por ir tras un olor baladí.
Luis Sergio Dávila Huerta, lsd666@df1.telmex.net.mx

Carlos.....recién leo tu cuento y me pareció fabuloso !! !! !! ¡felicidades!
Es realmente increíble la historia que existe en cada uno de nosotros, ¡aunque parezca que no! Y más increíble aún, ¡que vivamos en el mismo lugar e ignoremos que existen tipos de vida así! De verdad, ¡me conmovió!
Cristina, Club Foro Apple

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