Es un cuento muy logrado. Ambigüedad e ironía son utilizados de
manera efectiva para reflejar el pragmatismo desencantado con que los
noventas miran hacia su propio cuerpo. El lenguaje es conciso, con
sólo unas cuantas pinceladas el autor nos muestra perfiles
psicológicos enfermos, llámese el doctor o la enfermera.
Felicidades
Jorge Harmodio Juárez, jjuarez@ixe.com.mx
Este cuento es bellísimo; además de lo bien escrito que está, me
parece mágico.
Me recuerda a un sueño que tuve.
Erika García G., México D.F.
Al leer este cuento, me sentí como si pasara ante mí
una película de terror. La descripción de
la operación para extirparse él mismo ese "algo" que
le ha causado ciertos transtornos, está muy bien
lograda. Además la forma -tan de "siga las instrucciones"- en
que la enfermera y el médico lo guían para que la
realize, me da la sensacion de estar en un hospital de
seguridad social de mi país. Ironía y sarcasmo muy bien logrados. Felicidades al autor.
J. Felipe Rodrmguez Romero, Tijuana, B.C. México., Feliper@telnor.net
Analisis psicosociólogico de una sociedad en donde no existe el cuestionamiento
sobre las razones para realizar ciertas acciones. Basta seguir las instrucciones para poder
integrarse a ella. El autor demuestra mucha ironía y preocupaciones sobre la salud.
Luxemburgo. doctor_51@hotmail.com
La sociedad actual recibe instrucciones y las acata las mismas vienen de los emporios económicos,
no importa el precio del hambre el consumismo alimentado por la publcidad hace que nos operemos
a diario del humanismo y lo natural, despreciando lo propio, la esencia, una enfermedad enferma
que se opera a si misma.
alma_argos@hotmail.com, Colombia