Felicidades por tus tres relatos breves, por la monumentalidad lapidaria de tus sencillas pero exactas construcciones, por la evocación de arquitecturas ciclópeas e inhumanas y por la evasión de una realidad que sólo interesa a los periodistas y otros carroñeros. Cada uno de tus párrafos parece una pequeña joya tallada a la perfección.
Marc Sil, jredondo@lander.es