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Lo que más me gusta de este cuento es la manera de rememorar la infancia con una mirada tierna. La obsesión con las galletas que el protagonista toma frente al televisor es una especie de magdalena de Proust. Como en Amarcord se recupera con una mirada tierna y deformante la infancia que en su día parecía llena de acontecimientos importantes. Las escenas de cocina con abuela y familia son muy de película de Almodovar, así como las referencias al Sha de Persia.
fernand4@cc.umanitoba.ca

Me ha parecido un cuento muy divertido, dando un punto de vista distinto al habitual sobre el 23F.
Maya Recio

Hay una visión espontanea y creíble de momentos infantiles, contada con un estilo que, aunque se resiente de algunas formas demasiado usadas (el autor debe ser bastante joven, se me ocurre), tiene la virtud de poseer una frescura que la distingue (es lo que distingue a un estilo de un mero aprendizaje de la escritura literaria). Creo que lo peor del cuento es la forma excesivamente ideologista en que incluye el 23-F, no porque lo ideológico esté excluído de la literatura, sino porque el relato está escrito en otra cuerda, y da la sensación de que en el relato, como decía, fresco y espontaneo, irrumpe sin motivo una especie de justificación. Si yo fuera el autor, volvería a escribir el cuento tratando de que la entrada de los hechos históricos precisos resultara mas al sesgo, como anecdótica. (O por lo contrario, que irrumpiera realmente como una ruptura, cosa que no ocurre). A seguir escribiendo, que hay con qué.
Enrique D. Zattara España, zattara@leader.es

Aquel 23-F, fue UN DIA, como decirlo......duro.
Podía ser una vuelta atrás. ¿¿Una guerra civil?? ¿Ajustes de cuentas?
Bueno, el caso es que pasó.
El cuento bien, bien... Nada más.
J. J. Embid, España, jjembid@lettera.skios.es

Me parece muy bueno ya que lo estoy dando en mi escuela, tiene un vocabulario muy bueno. FELICITACIONES!!!!
faustoe@iac-mail.com.ar, Argentina

José Luis Martín es mi otro autor favorito.
Matt Young, USA

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