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Jennifer Davis y Francie Silverman

"Entrevista a Socorro Venegas"

La autora contestó nuestras preguntas sobre su cuento "Los hijos de Ana"

¿Cómo se identifica con este cuento?
Me interesó revelar algo del mundo de los niños (un tema recurrente en mis cuentos), cómo encuentran siempre una salida, una manera de comunicarse, de sobrevivir. Yo creo que los niños tienen más habilidades para vivir que los adultos. Están mejor armados, su inocencia es lo que más los protege y, también, lo que el mundo vulnera más. Hace poco tiempo una mujer que padece cáncer me contó que en el hospital vio a un niño enfermo. Ella comparó su propia desesperación ante la enfermedad con la que debía sentir el niño y concluyó que éste seguramente podría enloquecer, mientras ella, adulta al fin, podría sobrellevar mejor el padecimiento. Me parece que se equivoca. Los niños son siempre mejores luchadores: invencibles trepadores de árboles. Y en la medida en que nos acerquemos a la infancia, como lo hizo Ana, podremos estar mejor en el mundo.

¿La caída de Ana tiene importancia en nuestras vidas? ¿Por qué es significativa?
No pensé en una caída que simbolizara algo para el lector. Es puramente un hecho anecdótico, una caída que sí tiene que ver, en cambio, con la situación del personaje, lo define: Ana está embarazada y a punto de dar a luz continúa cumpliendo con sus ocupaciones: cargar un costal de duraznos. Como dije, hay una enorme resistencia, una fuerza o terquedad irrefrenable. La caída, un accidente, es vista como un asunto de la fatalidad. Jamás como una imprudencia: parecería que todo está en manos del destino, nunca en las nuestras.

Nosotras no sabemos mucho de la adolescencia de Ana. ¿Como crecía ella?
No es importante para el cuento saber cómo creció Ana. Aunque de hecho puede inferirse, si se considera que vive en un pueblo donde la miseria predomina: su propia infancia, y adolescencia, no puede ser muy distinta de la que viven sus hijos, que sí está descrita.

¿Crees que Ana es una persona heroica?
Sí. Pero lo es a su pesar. Lo es como mucha gente en el mundo: porque no hay otra opción. Y quizá también sea un personaje heroico por otro motivo: tenemos en México una cultura de soportar el dolor. Entonces hay una resistencia enorme y mucha admiración hacia quienes resisten estoicamente los golpes de la vida.

¿Puedes describir dónde viven Ana y sus hijos?
En un pueblo, esto es un lugar alejado de la civilización, donde la gente se dedica de manera primordial al campo, por eso es que desgranan el maíz que han cosechado.

No hablas mucho de los otros hijos, solamente Joaquín y Sara. ¿Quiénes son los otros?
En un cuento corto busco siempre la intensidad. Un cuento corto es casi un ejercicio de concentración. Van los elementos narrativos pertinentes, cabe sólo lo que debe caber. Por eso se menciona a los otros hijos en contraste con Sara y Joaquín, estos últimos son los distintos, son los que rompen la norma. El lector atento sabrá que aquellos otros son normales, mientras que estos dos son sordomudos.

¿Cuál es la enfermedad de Joaquín? ¿Tiene complicaciones mentales o físicas?
Joaquín es sordomudo. No tuve la intención de que se pensara que podía tener complicaciones mentales, por eso escribí "parece tonto", "parece" indica una posibilidad, una apariencia, no significa que lo sea.

No hay un final. Nosotras tenemos nuestra interpretacion. ¿Cuál es tu interpretacion?
Creo que la manera como termina el cuento redefine al personaje de Ana: hay una transformación en ella que se da en cuanto decide entrar al silencio de sus hijos, cuando juega el mismo juego que ellos: finge fumar con la mazorca. Ana entra en el mundo que antes le era ajeno o que había tratado de ignorar acaso para conjurar el mal, como si al cerrar los ojos a una sospecha se la evitara de verdad.

Jennifer Davis
davis.1385@osu.edu

Francie Silverman
silverman.47@osu.edu

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