Dicen que mi madre en su noche de bodas, antes que los invitados llegaran, pasó por el martirio de su modista informal; arrodillada frente a los volados, pinchando cada uno con cierta alevosía (que ya se verá la razón). Los invitados llegaban y la novia aún frente a las manos de la artesana. La novia (mi madre) traspasó la puerta llevando algún que otro pinchazo a su futuro.
Me han dicho que en esa misma noche, en el hotel del pueblo, me engendraron.
La modista siguió creando prendas maldecidas sobre el cuerpo de esa esposa, que muy en el fondo intuía que su esposo blandía caricias populares. Ella visitaba demasiados vestidos que no cosía.
Con el tiempo la niña, que era yo, crecía entre disimulos.
Pasé mi infancia viendo como mi madre mentía su ignorancia. A mi padre, conquistando tierras nuevas y, en la misma telenovela, a la modista, tratando de ocupar el lugar de reina.
Yo, esa niña, entre tanta infidelidad, vivía en los rincones de la tristeza. Hubo tanto abrazo escondido y mercenario tras las puertas no benditas.
Yo juntaba en un viejo cuaderno con mi letra apretada, las máximas que oía a los mayores: “los niños nos observan”, “Cristo se sacrificó por nosotros ”, “Debemos seguir el ejemplo de nuestros padres”, “los políticos trabajan para la democracia”, “Mi mamá y Evita nos aman”.
En una noche más de ruidos obscenos que partían de un cuarto ajeno al de mis padres, decidí de pronto que mi vida no sería manchada como en el mundo de los adultos.
Había que sellar un pacto con la infancia. Quedarse para siempre protegida en el silencio de las propias paredes. Matar la voz. Derrochar el libre albedrío de mi hamaca yendo y viniendo como un péndulo, escuchando su propio sonido oxidándose. Ser el este y el oeste de mi carne abandonada. Esa noche nació mi niña vieja, sin alfileres.
Susana Trajtemberg, Argentina © 2022
sushka1970@hotmail.com
http://historiasconhematomas.blogspot.com.ar/
Susana Trajtemberg nació en un pueblo manso de ferroviarios inmigrantes: Remedios de Escalada (Argentina). Entre italianos, españoles, judíos y griegos, transcurrieron sus rayuelas. Es narradora y poeta, artista plástica. Participó de numerosas publicaciones y antologías. Tres libros editados; dos de poesía: Pulmón de manzana (en coautoría) y Pájaro es mi sombra; y el último, Adrede (Historias con hematomas), de cuentos cortos.
Ilustración de Enrique Fernández © 2022
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